lunes, 24 de mayo de 2010

SEMANA SANTA EN ACAPULCO, GUERRERO

Bueno, sé que mucha gente que conozco bien hubiera disfrutado muchísimo más que yo, de estos días en Acapulco, ¿verdad, chikes? Pues sí... Tengo que reconoceros que el lugar era verdaderamente maravilloso y que me lo pasé genial con Óscar, sus amigos y su familia. Pero ya sabéis cómo me sienta a mí el mar y ésto no deja de ser una playa como cualquier otra, con muuucho sol, muuucha arena y muuucha sal, conjunto que yo odio por encima de todas las cosas y que, normalmente, hacen que no me pueda mover durante por lo menos, tres días, porque me dejan la piel achicharrada y muy adolorida... Acapulco, a nivel de playa, no fue excepción. Sin embargo, mereció la pena con creces conocer este lugar y, por supuesto, con quién mejor que con "mi pendejo borracho" favorito... Comencemos!!!

Antes un momento musical muy auténtico y ochentero. La canción es de Emmanuel y se llama "Quiero dormir cansado". Es un homenaje a aquellos a los que les gusta la música de este tiempo. Óscar, te la dedico... ah! y porqué no te peinas y bailas así en el antro?? jajaja.



Aquí hay muy poco que contar a nivel de historia, pero muchísimos paisajes hermosos que ver, así que empecemos. Salimos del Distrito Federal como a las cinco de la mañana para llega temprano a Acapulco. Óscar invitó a dos amigos más, Juan y Ania, dos lindas personas con las que pasamos un divertido fin de semana.

Llegamos a Acapulco como a las diez de la mañana y nos fuimos a comer a este bonito lugar con toda la familia de Óscar, unas personas realmente lindas y maravillosas...


El restaurantito tenía estas preciosas vistas...




De ahí, fuimos a la casa para dejar las cosas y marcharnos a la playa. Óscar y yo hacía que no nos veíamos desde Enero y aprovechamos para charlar y ponernos al día, así es que nos dimos nuestros paseítos a lo lardo de la costa. Ese corto recorrido muy agradable, por ciero, fue suficiente para que mi piel se enrojeciera del modo que veréis en un momentito. Después de pasar en el mar la mayor parte de la tarde, fuimos a cenar a un lugar donde la comida está exquisita, pero también son exquisitos los zancudos: unos mosquitos del tamaño de aviones que además son tan hábiles y fuertes que pican incluso por encima de los pantalones de mezclilla (o los pantalones vaqueros, "paque" que me entendáis). Estos animalitos sólo salen media hora, desde las ocho hasta las ocho y media aproximadamente... Yo creo que no salen más porque acaban agotados y totalmente saciados.

Os prometo que la forma que tienen de salir y atacar es algo que no he visto nunca en mi vida. Es como si quedaran todos en un lugar y luego, en manada o como sea que vayan los mosquitos, van llegando a los lugares y atacan, pero de modo que puedes tener encima de tu cuerpo entre 20 y 30 de estos ejemplares asesinos!! Me estuve rascando casi un mes!!

Pero el motivo de la presencia de estos animalitos es que en la bahía hay una especie de río que hace que una parte de Acapulco tenga este "problema" media hora al día. Sin embargo, gracias a ese río, hay paisajes como estos...




En esta foto aparecen, además de nosotros dos, los amigos de Óscar, Juan y Ania. Fiajos también, en el color de mi piel!! jajaja.


Y más fotos bonitas...








Ya en la noche, Óscar nos llevó a un lugar muy, muy, muy divertido que me encantó y que tenía unas vistas maravillosa de la Bahía de Acapulco. El lugar se llama SEÑOR FROG´S y hay unos meseros suuuuupermonisisisisimos!!! Me encantó ese lugar... de hecho, fuimos a tomarnos sólo una cerveza y terminamos bebiéndonos como diez, porque el lugar estaba verdaderamente ambientado.






Ya, saliendo de ahí, mi amigo Óscar quería seguirle y yo, para no dejarlo solito lo acompañé. Fue muy divertido y terminamos bastante perdidos, al menos yo, pero geográficamente. No sabía como regresar a la casa, estábamos en el taxi y Óscar estaba ya en fase REM, por lo que dimos un par de vueltecillas para llegar a la casa. Pero en resumen: MUY, MUY DIVERTIDO!!


A la mañana siguiente, tocaba un poco de cruda y más playa, pero ahora en una palapa, es decir, un "chiringuito" de los nuestros!! Que ningún mexicano se me ofenda con esa palabra, que no es nada malo, que ya me lo han preguntado alguna vez... jajaja.




Ahí, comimos cosas ricas como éstas, unas tostadas de camarón... deliciosas!!!


Y también, un grandísimo y exquisito "pescado a la talla" del cual no tengo fotos, porque estábamos hambrientos y deseosos de que llegara a nuestra boca. Tardaron una vida en prepararlo, pero os prometo que mereció la pena la espera.

Después de eso, nos dimos un paseito disfrutando del atardecer acapulqueño. Una maravilla para los sentidos...






Ya, esa sería la última noche que pasáramos en Acapulco... Pero antes y para dar un poco de adrenalina a nuestras vidas, Óscar me dejó que manejara su coche automático. Nunca antes había conducido un coche automático y me dejó su "suburban" para practicar. Tengo que aclarar que ese coche es un autobús y que íbamos además de Óscar y yo, su hermano, Juan y Ania. Los pobres cambiaron la cara cuando nos vieron a Óscar y a mí cambiarnos de lugar y a mí, ocupar el lugar del conductor. La carretera no tenía ningún peligro, porque era todo en linea recta. Además, me permití el lujo de adelnatar "tantito" y ahí sí y un poco más mato a mi pasaje de un infarto, porque como no controlaba las dimensiones de aquel enorme vehículo, me salí un pelín de la carretera, pero no había ningún peligro porque estaba al mismo nivel y era de terracería. Eso fue suficiente para bajarles a toooodos la cruda que llevaban del día anterior y para incrementar el ritmo cardíaco de nuestro amigo Óscar. A mí, me encantó la experiencia y descubrí que manejar un coche automático no tiene ninguna ciencia!! GRACIAS, AMIGO, por haber puesto en peligro tu salud y permitirme conducir tu coche!!jajaja.

Después de cenar, jugar un poquito a las cartas y perder, nos fuimos a tomarnos nuestra última copa en Acapulco, en un lindo hotel en plena playa...


Como siempre Óscar se portó conmigo increíblemente bien y su linda familia mejor aún. No tengo palabras para contaros cómo me trataron. Sólo me queda decirte, amigo mío, que ya sabes que tienes tu casa (tú y tooooda tu familia) en un rinconcito del Sur de España. Ojalá que puedas venir pronto. UN MILLÓN DE GRACIAS.

4 comentarios:

  1. Hola Merchita bonita, preciosa de mi corazón...
    Acapulco!!! pues hace ya varios años qu no voy para allá, pero me encantaba visitarlo...claro que a dónde yo voy no solo hay tres personas jaja, no ya hablando en serio que alegría que pudieras compartir con Oscar parte de tu estancia aquí en México.
    Te quiero y muy bonitas fotos!!

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  2. Ay Mechita...decir que Acapulco no deja de ser una playa como cualquier otra, con muuucho sol, muuucha arena y muuucha sal...ES UN SACRILEGIO!!!
    Te ODIO amiga mia...jejeje...es bromita, tu lo sabes!! No creo que haya nadia que te haya envidiado más! Ahora, me he asustado y todo al verte en la foto en la que estás como un centollo!!! Seguro que ni un poquito de crema protectora te pusiste...ni es que eres...y luego te quejas...jejeje
    Nada Merchita, que las fotos son preciosas y que me alegro que lo pasaras tan bien.
    Un bacio immenso

    P.D...Lo de Emmanuel ha sido fuerte, eh??

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  3. Pues si querida Ceci, tuve la oportunidad de compartir momentos con Óscar!! Y bueno, Acapulco sin gente es otra cosa. A mí me encantó aunque no soy fanática de las playas!! Gracias por lo de las fotos.

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  4. Rosiiii... yo sabía que poniendo eso iba a empujarte a que me hicieras algún comentario! Te repito que hubieras disfrutado de la playa muucho más que yo, pero si te sive de consuelo, me acordé mucho de ti!!! Y bueno, lo de Emmanuel, tienes razón: ES "MU" FUERTE!! En cuanto al centollo, pues qué le hacemos, ya sabes cómo soy!! Gracias por el comentario. Mil besos

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