Sin embargo, antes me llevó a conocer las ruinas de Teotihuacán, unas de las más importantes de México en relación al mundo azteca (o mexica, que son sinónimos). Así es que comencemos la historia. Antes y como siempre, una canción para entonar el cuerpo. En esta ocasión, se me ocurre que podríamos escuchar a "La Arrolladora". La canción no pega mucho con la grandiosidad del lugar que vamos a visitar hoy, pero me encanta. Es muy divertida!! Se llama "Primer Tiempo". Escuchádla y me decís...
Ahora sí, después de este momento divertido, nos vamos a concer TEOTIHUACÁN. Tres, dos, uno... Empezamos!!!
Teotihuacán en nahuatl significa "Lugar donde fueron hechos los dioses" y lo cierto es que el nombre le viene al dedo, porque si realmente los dioses se hicieran, ese sería el lugar perfecto para su "fabricación". La ciudad de Teotihuacán estuvo regida por profundas convicciones religiosas y normas de vida en torno a los ciclos de la naturaleza, la siembra, la cosecha, la lluvia y demás relaciones fenomenológicas cuya expresión calendárica y astronómica se reflejó en la construcción de la ciudad. Mirad, aquí hay una foto para que os hagais una idea de lo que digo. Podeis ver dos pirámides: la del Sol y la de la Luna (después os hablaré de ellas).
La instanánea está tomada desde la Calzada de los Muertos, que fue el eje de la ciudad y centro ceremonial. A lo lardo de esta calle se alzan todas las construcciones. Esta es la CALZADA DE LOS MUERTOS, está justo detrás nuestra y tiene cuatro kilómetros de longitud...
Comenzamos a caminar por la Calzada de los Muertos y la primera construcción que vimos fue esta: La Pirámide del Sol. Evidentemente la foto nos la sacaron abajo, pero observad qué impresionante...
Esta pirámide mide 64 metros de altura y la construcción de su base es de 224 metros por lado. Además, se ha calculado que su volumen total puede llegar al millón de metros cúbicos. Esta es la segunda pirámide más grande de México. La primera es la que se encuentra en Cholula, Puebla, que ya os enseñaré más adelante. Sin embargo, fue el edificio más grande de Mesoamérca, en su época. Su nombre se debe a que fue dedicado a esta divinidad: el Sol.
¿Y qué más cosas interesantes puedo contaros de este edificio? Cuentan los arqueólogos que su construcción fue realizada en una sóla operación y se ha demostrado que su interior es sólido, formado de rellenos de arena y tierra. Además, se sabe que la cima de la pirámide estuvo coronada por un templo en donde se realizaban las actividades religiosas asociadas con la divinidad solar.
Después de toda esta historia, no podíamos quedarnos sin subir a la Pirámide del Sol. Así es que nos armamos de valor, olvidamos la edad y la flojera y comenzamos la ascensión. Estábamos subiendo a la PIRÁMIDE DEL SOL...
Cuando coronamos la cima, fue esto lo que nos encontramos. Lo que podeis ver detrás nuestra, es la Pirámide de la Luna, que es una maravilla. O, ¿qué os parece?
Aquí os va otra...
Aquí está, la PIRÁMIDE DE LA LUNA...
Esta pirámide es de menor tamaño que la del Sol, sin embargo, al estar construída sobre un montículo más elevado, se encuentran a la misma altura. Mide "solamente" 45 metros.
Antes de proseguir, os comento que esta ciudad se llena de gente en el "equinoccio de primavera", pues se tiene la creencia de que los indígenas del México precolombino realizaban rituales encaminados a "recargar energía", proceso que se completaría si se ascendía a la parte superior de ambas pirámides. Así es que aquí viene la gente en manada a "supuestamente" recargarse de energía, pero también a "recargarse" estas maravillosas construcciones de más de diecisiete siglos de antigüedad. Así es que ésto, lejos de ser verdad, ha ocasionado muchos problemas de deterioro de estas fantásticas pirámides. Y lo peor, que no es sólo algo que ha ocurrido aquí en Teotihuacán, sino también en otras zonas arqueológicas, como el Tajín, en Veracruz o Chichen Itzá, en Yucatán. Yo os tengo que reconocer que más que recargar energías, las perdi, porque la subidita tenía lo suyo. Menos mal que con el clima tuvimos mucha suerte, pues nos salió un día medio nubladillo, cosa que agradecimos porque el recinto, como habeis visto, es una grandísima explanada sin árboles y a pleno sol.
Pero ésto no se acababa aquí, el recorrido seguía. Aún nos faltaban La Ciudadela y el Templo de Quetzalcóatl.
Sin embargo, antes de seguir, me gustaría narraros una leyenda sobre como cuentan los aztecas que se creó el Sol y la Luna. La recoge el padre Sahagún, que según dicen, la escuchó de boca de los mexicas. A ver qué os parece... Empezamos!!
"Cuenta la leyenda, que antes de que hubiese día, se reunieron los dioses en Teotihuacán y dijeron "¿Quién alumbrará el mundo?" Un dios rico (Tecuzitecatl), dijo "yo tomo el cargo de alumbrar el mundo". "¿Quién será el otro?". Y como nadie respondía, se lo ordenaron a otro dios que era pobre y buboso (Nanahuatzin). Después del nombramiento, los dos comenzaron a hacer penitencia y a elevar oraciones. El dios rico ofreció plumas valiosas de un ave que llamaban quetzal, pelotas de oro, piedras preciosas, coral e incienso de copal. El buboso, ofrecía cañas verdes, bolas de heno, espinas de maguey cubiertas con su sangre, y en lugar de copal, ofrecía las postillas de sus bubas. A la media noche, se terminó la penitencia y comenzaron los oficios. Los dioses regalaron al dios rico un hermoso plumaje y una chaqueta de lienzo y al dios pobre, una estola de papel. Después, encendieron fuego y ordenaron al dios rico que se metiera dentro. Sin embargo, éste tuvo miedo y se echó para atrás. Lo intentó de nuevo pero volvía a retroceder, así hasta cuatro veces. Entonces, le tocó el turno a Nanauatzin que cerró los ojos y se metió en el fuego y ardió. Cuando el rico lo vio, lo imitó. A continuación, entró un águila, que también se quemó (por eso el águila tiene las plumas color moreno muy oscuro o negruzcas); después, entró un tigre que se chamuscó y quedó manchado de blanco y negro. Los dioses se sentaron, entonces, a esperar de qué parte saldría Nanauatzin; miraron hacia Oriente y vieron salir un Sol muy colorado; no le podían mirar y echaba rayos por todas partes. Volvieron a mirar hacia Oriente y vieron salir la Luna. Al principio, los dos dioses resplandecían por igual, pero uno de los presentes arrojó un conejo a la cara del dios rico y, de esa manera, le disminuyó el resplandor. Todos se quedaron quietos sobre la tierra; después, decidieron morir para dar, de ese modo, la vida al Sol y a la Luna. Fue el Aire quien se encargó de matarlos y, a continuación, el Viento empezó a soplar y a mover, primero al Sol y más tarde a la Luna. Por eso, sale el Sol durante el día y la Luna más tarde, por la noche"
¿Qué os pareció? Esta leyenda explica por si misma el nombre de Teotihuacán, que como ya dije significa "Lugar donde fueron hecho los dioses", ya que de acuerdo a esta historia mexica, es ahí donde el Sol y la Luna comenzaron a ser dioses. A mi me gustó mucho este cuento mitológico cuando lo leí... Espero que lo disfrutaráis.
Ahora, sigamos con la visita. Siguiente parada: La CIUDADELA. Esta parte del recinto arqueológico se ubica en el extremo sur del centro ceremonial. Fue construida alrededor del 200 a.C. en forma de cuadrángulo, con 400 metros de extensión. En este lugar se alojan importantes edificaciones religiosas como el Templo de Quetzalcóatl o de la "Serpiente emplumada", un adoratorio central y conjuntos habitacionales, donde se cree que vivían altos dirigentes. El nombre de Ciudadela se lo pusieron los españoles porque se pensaron que era un centro militar... nada más lejos de la realidad.
Como ya os dije, dentro de la Ciudadela se encuentra el TEMPLO DE QUETZALCOATL o de "la Serpiente emplumada". Os cuento que Quetzalcóatl es una de las deidades más importantes para los mexicas. Representa la dualidad inherente a la condición humana: la "serpiente" es cuerpo físico con sus limitaciones, y las "plumas" son los principios espirituales.
El templo no está muy bien conservado (de hecho, lo estaban restaurando) pero espero que lo aprecieis más o menos... Observad los relieves y recordad que esto tiene más de quince siglos!!
En fin, amigos, la visita a Teotihuacán se terminó. No tuvimos demasiado tiempo para recorrer el recinto porque los padres de Óscar nos habían invitado a comer un rico cabrito... Espero que este lugar os haya cautivado como a mí. Es un magnífico espacio que permite establecer vínculos olvidados entre el hombre y la naturaleza.
A mí sólo me queda agradecerle al "pendejo borracho" más lindo del mundo, todas las atenciones que me prestó, lo bien que se portó conmigo y el tiempo que le robé. Amigo mío, un millón de gracias. Mejor no me pude haber sentido. Me hiciste pasar unos días increíbles, me enseñaste lugares maravillosos, pero lo mejor de todo fue contar, de nuevo, con tu compañía. Eso sí que es algo mágico que tengo la suerte de seguir viviendo después de tantos años que hace que nos conocemos y de lo lejos que vivimos el uno del otro. Eso no lo cambio por nada... Te echaba de menos, mi niño!!! GRACIAS POR TODO, A TÍ Y A TU LINDA FAMILIA.