martes, 8 de junio de 2010

LOS QUINCE AÑOS DE REINA. VOLVEMOS A CAMOTEPEC (ZACATLÁN DE LAS MANZANAS)

En esta ocasión cambiamos de rancho, de Joaquín Camaño (Morelos) nos vamos a Camotepec (Puebla). El motivo: celebrar los quince años de una prima de Cecilia, Reina. Yo tenía esta invitación desde hacía meses y no podía faltar a un evento tan importante para las familias mexicanas: el quicuagésimo cumpleaños de una niña de la familia. Una edad muy importante porque es considerada el paso de niña a mujer.

Estas celebraciones son todo un ritual y un gran gasto para las familias que, sin embargo, lo hacen con el mayor de los gustos y con la mayor felicidad y orgullo. Y esto más aún, trantándose de un pueblito o un ranchito como este, pues la tradición consiste en invitar a todas las personas de los ranchos colindantes. Así es que imaginad la cantidad de personas que se juntaron para el evento.

En esta ocasión, nos acompañó también Alma, que no viene nunca a ningún lado, pero que se ve que los ranchos la motivan... ¿verdad, AFIDN? jajaja.

Bueno, pues comencemos el relato. Antes quiero que escuchéis esto. Es una canción que me gusta mucho y que escuché hace poco en un concierto. Es de Sergio Vega y se llama "Cosas del amor".



Ahora sí, estamos bien ambientados para conocer una tradición muy antigua de este país, la celebración de unos QUINCE AÑOS. Primero quiero que veais dónde fue el festejo. Este fue el "salón de celebraciones". La casa es muy grande, así es que acomodaron el patio para la ocasión. Fijaos en la tarta, al fondo de la segunda foto. Todo estaba muy conjuntado, ahora vereis porqué.




Este coche me gustó. Me imagino que sería de alguno de los asistentes. Decidme que no está "molonguis" (para los de aquí, es una forma "mu de mi tierra" de decir que estaba "chingón").


Nada más llegar, nos sentamos a la mesa y nos dieron de comer. No tengo palabras para contaros cómo estaba la comida. Comimos muy pero que muy, muy, muy rico. Comimos barbacoa, carnitas, un caldito riquísimo y esto... Los MIXIOTES, que cosa más buena no existe.


Ya después de comer, nos fuimos a socializar un poco y nos acercamos a la mesa en la que estaba el hermano de Cecilia, Efrain, que tampoco conocéis. Es un tipo muy simpático que descubrí en esta celebración y que me cayó francamente bien. Él fue el que me aprovisionó de cervezas toooodo el tiempo. Gracias, Efraín!!


También os presento a Memo, el novio de Ceci, y el que manejó desde Puebla a Camotepec para que pudieramos asistir a este evento.


Antes de meternos de lleno en el baile y de que comenzara el espectáculo de la quinceañera (o la "quinceañebria", como le dicen maliciosamente a estas niñas en este día), nos fuimos a dar un paseo para conocer el ranchito y el río que está cerca de la casa y por el que dicen que se escucha a la "Llorona"






Ya metidos en faena y después de comer, la gente empezó a bailar y empezaron a venir invitados de los ranchos colindantes.

Para amenizar la fiesta, vamos a poner una cancioncita muy divertida que os hará mover el culito en la silla. A ver si os gusta. La cantante se llama "Margarita, la Diosa de la Cumbia" (ahí lo llevas) y la canción, se llama "Rehilete". Disfrutadla...



Pero ahora que caigo, aún no conoceis a Reina, la homenajeada y anfitriona de todo este evento, ¿verdad? Pues aquí está, os presento a la quinceañera...


Pero esta foto me gusta más aún, porque aparecen también los "CHAMBELANES", los chicos que veis vestidos del mismo color que la quinceañera (por eso os decía que todo está muy bien conjuntado).


Bueno, os cuento que los chambelanes son los "hombres" que bailan con la festejada el baile, que normalmente es una coreografía que llevan preparando meses. De hecho, los ayuda un coreógrafo contratado.

También nos tomamos una foto con la madre de Cecilia, que ya conoceis de otra ocasión. Tenía muchas ganas de tomarme esta foto porque esta señora realmente me cae genial... Casi me lo paso mejor con ella que con Ceci... jajaja. No, en serio, teneis que conocerla. Si venís a México algún día, teneis que pasarla a saludar porque, sin duda, os encantará, por su plática, por sus ocurrencias, por su modo de decir las cosas y, sobre todo, porque es imposible no encariñarse de ella. Ahí está, la señora Ofelia, con Cecilia, Alma y conmigo.


Pero lo mejor, sin duda, estaba por venir, el momento del baile de la festejada. Quiero que presteis atención a la cantidad de gente que para esa hora (como las once de la noche) ya se había reunido en el rancho. Ahí van las fotos del baile, poquito a poco iré explicando lo que está pasando porque TODO lo que pasa ahí, tiene un porqué. Empezamos...

En estas primeras fotos, vemos a nuestra anfitriona bailando con sus chambelanes una canción lenta y bien coreografiada.






En esta otra, le están poniendo una corona, porque es la reina de la fiesta, pues es ella la que cumple quince años...


Después de la corona, comienza el ritual del zapato. Se supone que como es la edad en que la niña pasa a ser mujer, le cambian los zapatos de niña, por unos de mujer, ya con tacón y demás...


A continuación y como queda claro que ya no es una niña, le dan su "ultimo juguete" de manera simbólica, pues ya no va a tener más...




Tras el juguete, le ofrecen su "primer trago"...


Y ya, baila con todos los hombres de la familia, comenzando por su padre...


Normalmente el baile termina con una pieza de contemporáneo y ya la quinceañera se cambia. Este fue el momento...


Y como en todo cumpleaños que se precie hay una tartita, éste no podía ser menos. Y, por supuesto, la tarta combina con todo lo demás...


Y poco más. La verdad es que esto no es para contarlo, sino para verlo. Si os habeis fijado en las fotos del baile había un montón de gente y después de que la festejada abandoranara la pista, ésta se llenó y todo el mundo se puso a bailar y bailar.

Alma y yo, un poco atemorizadas por la cantidad de gente, decidimos quedarnos un poquito más de tiempo sentadas. Hasta que un muchachón sacó a bailar nuestra AFIDN, que a partir de ese momento se convertiría en "la fresita de rancho".

La flakis, felizmente, aceptó la invitación de tal caballero, hasta que el tipo resultó ser un poquito raro, pues en el tiempo que había durado la canción había propuesto a nuestra amiga (a la cual estaba conociendo en ese preciso instante) un noviazgo eterno, sincero y donde reinaría el amor para siempre... jajaja. Evidentemente, la reacción de Alma no fue otra que la de apartarse del rancherito lo más lejos y rápido que pudo, no mirarlo más en toda la noche, evitarlo de la mejor manera y transladarse al otro lado de la pista para que nunca más la viera.

Sin embargo, lo mejor para Alma estaría por llegar. Tengo que deciros que esta niña es de tierra caliente (cosa que se le nota cada vez que sale... jajaja) y que el rancho en el que estábamos se encuentra en medio de la sierra. Aquí fue donde yo un poco más y muero de hipotermia en Enero, os lo recuerdo. De hecho, esta cocina fue la que me salvó la vida, pues la lumbre hacía que fuera el lugar más calentito de la casa.




Pero, aunque la fiesta fue en Mayo, no dejábamos de estar en la sierra y hacía bastante frío, sobre todo para ir como íbamos nosotras, de manguita corta y "suetercito" de los que sirven más de adorno, que para abrigarse. Ese fue el caso del de nuestra querida "Alma en constante crisis". (AFIDN, sé que ahora estarás diciendo: "aich, ya no quiero hablar de eso"... pero la aceptación es el primer paso para la superación... jajaja).

¿Con esto a qué me quiero referir?, pues a que la pobre Alma tenía más frío que un perro chico y que llegada una hora, no podía dejar de temblar. Estaba helada y yo doy fe de ello, pues nos tocó dormir en casas de campañas porque éramos más que en la guerra y allí apenas había espacio. Así es que más o menos y ya dentro de la tienda, controlamos la hipotermia de Alma y conseguimos dormir un ratito.

A la mañana siguiente, esta era nuestra pinta: ¡elegantes, elegantes! Sobre todo nuestra amiga Cecilia, con un modelo de vestido-pantalón que creo, lo compró en París.


Ya despiertas y después de comer, de nuevo para tres meses, decidimos hacer un poco de turismo por los alrededores y volver a visitar "Piedras Encimadas".


Esta vez con Alma, con Memo y con "El Pita", el novio de Ruth (hermana de Ceci y que ya conoceis), nos dimos unas vueltecitas por el lugar, para poder verlo, en esta ocasión, sin niebla...








Y aquí están Ruth y su novio, "El Pita", al que no conoceis...


Cuando estábamos arriba, vimos que había un servicio de tirolesa y decidimos, después de muchos autoconvencimientos y convencimientos al prójimo, aventarnos por esa cosa e intentar no dejar nuestras vidas perdidas entre las piedrecitas. Yo nunca había hecho nada parecido, porque a mí hasta la noria de la feria me da miedo. Pero no podía dejar pasar esta oportunidad y tras agarrar fuerzas, decidí aventarme y, por supuesto, arrastrar a Alma, que en el momento que le insistí dos veces entró en crisis. Pero no os agobieis que así es... jajaja.

Pues allá fuimos, como las valientes. Antes que nada, nos prepararon y después nos sentaron al borde del precipicio. Primero a mi...


Y después, a Alma...


Lo cierto es que cuando una se sienta ahí y no está muy convencida de aventarse, te arrepientes inmediatamente. Eso fue precisamente lo que yo hice, pero ya era muy tarde para lamentos y lo único que pude hacer fue agarrarme fuertemente de la cuerda a la que estaba confiando mi vida y arrojarme al vaciooooo...




Después lo hizo Alma...




Ya en el suelo, a mí me temblaban las piernas, pero reconozco que fue una experiencia inolvidable y muy ansiógena, aunque en buen plan. Aquí estamos de nuevo, sanas y salvas.



De ahí y aún con el miedo en el cuerpo, nos fuimos rumbo al rancho nuevamente, haciendo algunas paraditas por el camino para disfrutar del paisaje.




Ya en el rancho, Efraín, el hermando de Ceci, estuvo dándonos una cervecita tras otra, de esas que vienen en botellas, pero de las que son chiquititas, que aquí se llaman ampolletas (y en nuestro "rancho", botellines de Cruzcampo). Estaban frías, frías y después del calor que hacía y de la aventura de la tirolesa, no sabéis bien cómo entraban. Yo no recuerdo ni cuántas me tomé, pero acabé con una pseudoborrachera la mar de curiosa. Todo gracias a Efrain, que como os dije antes fue mi proveedor todo el tiempo que estuve en el rancho y al que nuevamente le agradezco su atención y su plátca. Al igual que a Alma, su novia. (Ojalá algún día podais venir por Sevilla. Como os dije, ahí teneis vuestra casa).

Y así estuvimos un buen rato, cerveza va y cerveza viene, a pleno sol...


Hasta que me invitaron a recoger "chícharos" (guisantes para nosotros) y ahí me aventé mi primera experiencia como agricultora...




Después de una cantidad de cervezas que hasta la fecha desconozco y realmente no queriéndome ir de ese lugar tan pronto, nos tuvimos más remedio que irnos porque Alma quería visitar Zacatlán de las Manzanas. Así es que nos metimos en el coche y más borrachillas que sobrias, llegamos a nuestro destino: de nuevo, ZACATLÁN DE LAS MANZANAS.


Seguía existiendo el reloj floral...



El Palacio Municipal...


El mercado...


Y la Iglesia...


Tras el breve recorrido por este pueblito, comenzamos la vuelta a casa...


No sin antes pararnos un segundo para disfrutar de las espectaculares vistas que nos encontramos a la salida de Zacatlan...




Después de eso, poca cosa quedaba. Estábamos derrotadas después del festejo, de una noche casi sin dormir y del ajetreo de la tirolesa. A esto le podíamos añadir, además, la cantidad de cervecitas a pleno sol que nos tomamos y que ya estaban empezando a hacer su efecto. Por todo ello, no es de extrañar que algunas termináramos así.


Y bueno, ahora es el momento de despedirme de otra linda familia, la de Cecilia, mi compañera de aventuras la mayor parte del tiempo que he estado en México. GRACIAS a todos por el trato que me han dado, por las cosas que me han enseñado y lo bien que me han hecho sentir siempre. Sin embargo, quiero que especialmente a tu madre, a mi "mamá" mexicana (que hasta a mi novio que no existe quiere conocer) le agradezcas todo el cariño que me ha brindado. Sería muy feliz si en algún momeno pudieran venir a visitarme a Sevilla, la que siempre será su casa. Los quiero mucho y gracias a personas como ustedes, estos diez meses han sido una de las mejores experiencias de mi vida.

Un amigo sinaloense me dijo una vez que cuando me fuera, iba a dejar muchas familias aquí en México y, realmente, no sabe cuánta razón tenÍa. Esta es otra familia que guardaré por siempre en mi corazón, por todos los bellos momentos que me han regalado, desde una "simple" plática a una taza de café. Pero siempre con el corazón, la bondad, el desinterés y la honestidad en la mano. GRACIAS, FAMILIA!!

2 comentarios:

  1. Hola Merchita bonita, preciosa de mi corazón...
    Antes que nada GRACIAS!!! a los tres por ir conmigo...y ya entrando en materia...pues la verdad estuvo muy bien la fiesta y más nuestro atuendo de la mañana siguiente jiji y no güerita no es de Paris este es diseño 100% mexicano jaja.
    Alma el muchacho aquel aún pregunta por ti eh = ).
    Y qué tal la comida, espero les haya gustado en verdad. A toda mi familia les dio mucho gusto tenerlos por allá compartiendo con nosotros un día tan especial para la familia.
    Los quiero mucho!!!

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  2. Gracias, moco... para mí fue un verdadero placer, de verdad!! Voy a extrañar a toda tu familia, de verdad y especialmente a tu madre!! Un beso

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